Primero te fijas, te lo cuestionas para no equivocarte. Después andas con cautela, por si realmente no fuera nada; básicamente, para evitar la tercera pauta: la ilusión. Desmedida y desmesurada, esa que te hace sentirte como una idiota y sonreír a todas horas. La cuarta fase es el miedo. Miedo a que algo salga mal sin siquiera haber empezado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario